La estética del flamenco cristalizó cuando se asentaron definitivamente los cánones estilísticos del cante. Más tarde, y salvo en contadas excepciones, la disciplina de la guitarra estableció su propio lenguaje artístico como resultado de un complejo proceso de adaptación a los diferentes subestilos de cantes. Como consecuencia, aprender el lenguaje del cante flamenco es algo indispensable para todo el que quiere aprender a tocar la guitarra flamenca, no sólo para poder cumplir la inevitable faceta de acompañante, sino también para componer música flamenca, siendo el repertorio del cante -tan rico en melodías- la principal fuente de inspiración para los guitarristas.